miércoles, 28 de abril de 2010

Simbolismo del Sable Japonés

El sable japonés nos produce una mágica fascinación difícil de explicar con palabras: puede provocar atracción o rechazo, admiración o miedo ... mas nunca indiferencia. Pero para conocer la magia que encierra, antes tendremos que conocer el alma del guerrero samurai.

1.- EL GUERRERO SAMURAI.

Los samurai (o bushi) constituían la casta militar del antiguo Japón feudal. Eran soldados al servicio del señor feudal o Daimyo (samurai significa "servir", samurai es "aquel que sirve").

Su entrenamiento comenzaba desde la más tierna infancia y duraba toda su vida; le llevaba a estar preparado para hacer frente a cualquier situación y resultar victorioso cualesquiera que fuesen las condiciones. Pero no se trataba de aprender sólo a luchar, sino hacerlo siguiendo unas "reglas de combate", donde el adversario era tratado con respeto de un modo caballeresco. Todo estaba reglamentado por su código de caballería: el Bushido.

El código del Bushido gobernaba el comportamiento del samurai y el samurai gobernaba a su espada, por lo que la espada debía expresar los principios del Bushido.

2.- ORÍGENES DEL SABLE.

- ORIGEN SAGRADO Y MITOLÓGICO:

Sobre el nacimiento del sable, en la mitología shinto se cuenta que el padre de los dioses Izanagi-no-Mikoto, fue el primero en blandir un arma de hoja larga cargada de propiedades maravillosas. Susano-Wo (hijo de Izanagi) heredó la hoja de su padre y con ella se enfrentó y venció a una enorme serpiente de ocho cabezas y dentro de éste terrorífico animal encontró una nueva espada que bautizó con el nombre de Ama-no-murakumo-no-tsurugi ("Precioso sable celestial hecho de nubes") y con este sable realizó muchos prodigios en el mundo de los dioses.

- ORIGEN HISTÓRICO:

Las primeras espadas que se utilizaron en Japón eran de origen chino. A finales de la era Nara (650-793 d.C.) los artesanos japoneses comenzaron a fabricar sus propias hojas a imitación de las chinas. Cuando la casta de los samurais cristalizó como soldados profesionales, los estandartes de las espadas fueron finalmente establecidos y durante los periodos Kamakura y Muromachi (1.186 al 1.500 d.C.) se vivió la edad dorada de la manufactura de las espada en el país nipón. En nuestros días, los sables siguen siendo exactamente iguales a los que se forjaron en aquella época y nada ha variado, debido a que se logró fabricar un arma que todavía hoy sigue sin superarse.

En el siglo XVI (periodo Ashikaga) las espadas se diferenciaron en tres clases:

La espada larga (Daito,Tachi o Katana). De más de 2 shaku (1 shaku = 30 cm.)

La espada media (Wakizashi o Shôtô). De 1 a 2 shaku.

La espada corta o daga (Tanto). De menos de 1 shaku.

3.- LA CIENCIA ALQUIMICA DE LOS FORJADORES.

El ritual de la creación de un arma es un acto mágico. Confeccionar una espada de calidad, merecedora de que un samurai ligase su alma a ella, no era nada fácil.

Para esta creación el forjador japonés se preparaba con tanta solemnidad como si ejecutase una ceremonia religiosa: ayunaba varios días, iba al templo y rezaba a los dioses, colgaba en la fragua paja bendita para alejar los malos espíritus y vestido ceremonialmente, después de invocar a los cinco elementos, se disponía a coger el martillo. Mientras templaba la espada, cantaba y recitaba mantrams para que el espíritu de la música entrase en el metal. El forjador daba así "vida" a la espada

4.- CEREMONIAL. CORTESÍA HACIA EL SABLE.

El ceremonial del sable es una reverencia que refleja la devoción y el respeto que los samurais tenían por sus armas. Las cuidaban y mimaban con celoso afán y el sable, símbolo de las castas guerreras, era el orgullo del samurai.

Toda ritualización en torno al arma (desde no ser desenvainada vanamente, el contener la respiración por parte de quien la admira, su lugar en la casa del samurai, etc) viene dada por el concepto shintoista de "arma con alma".

5.SIMBOLISMO MÁGICO.

En la concepción japonesa el sable es sagrado, pues, como hemos visto, emana de un forjador que le imprimió sus cualidades espirituales a las que se añadirán las del dueño del sable.

Los guerreros experimentados dicen que si uno no ha dominado el miedo, el odio y la inquietud, el sable del adversario le atravesará inevitablemente. Es la propia víctima la que se corta con el sable, pero quien se corta en realidad es el miedo, el temor o el odio que le inspiran.

El sable es símbolo del estado guerrero y de su virtud: muestra la valentía que logra el poder. Este poder tiene dos vertientes: puede ser destructor o constructor. La espada también está vinculada con la justicia, puesto que, gracias a ella, se puede separar el bien del mal.

Esotéricamente tiene relación con la esencia de la materia y su control por el poder del espíritu.

Para el chamanismo shinto, el sable tenía su propia vida, pero debía ser incorrupto desde su fabricación.

Para el budismo esotérico era el instrumento que cortaba la falsa distinción entre la vida y la muerte.

6. DIMENSIÓN ACTUAL.

Es evidente que, desde que aparecieron las armas de fuego, el sable dejó de tener un valor funcional. Pero su magia llega hasta nuestros días, ya que al ser un símbolo (reflejo de una realidad oculta y metafísica) nunca pierde actualidad, ya que es atemporal. Los valores que representa son válidos tanto hoy como en el pasado.

Actualmente la espada no va a derramar sangre ni a matar enemigos en el campo de batalla, pero como símbolo que es del poder del espíritu sobre la materia, podrá cortar nuestros defectos, matar nuestros egoísmos y nuestras ideas nefastas.

Filosóficamente, el enemigo está dentro de nosotros, siempre nos acompaña, por eso continuamente tenemos la oportunidad de luchar, de que la espada de nuestra voluntad, de nuestro amor y de nuestra inteligencia pueda vencer a los dragones oscuros de nuestra personalidad.

Simbolismo Del Emblema Del Judo

Por Domingo Gutierrez - 2º Dan de Judo

Introducirnos dentro de las esencias y de los motivos por los que el ser humano utiliza símbolos, es siempre complejo y hasta a veces mal entendido. Por ello, el hombre, para expresar la naturaleza intima de todas las actividades que realiza, ha encontrado en el símbolo la forma más sencilla para expresar una idea, un pensamiento, incluso un concepto metafísico que con simples palabras sería incomprensible su entendimiento.

En este sentido, las Artes Marciales han sido siempre uno de los elementos donde más ha perdurado, desde tiempos inmemoriales, la idea del símbolo. Desde los guerreros jaguar aztecas, pasando por los legionarios del culto mitraico romanos, hasta los pueblos más primitivos, como los bosquimanos, etc., han expresado su particular forma simbólica a través de elementos tan diferentes como puedan ser una mano abierta, un tigre, un loto, un crisantemo, una mariposa, un lobo, el rayo, una espada; hasta llegar a figuras geométricas ya sean circulares o poliédricas. Como muchos de vosotros sabréis, no sólo se utilizan dibujos simbólicos, sino que estos van acompañados también de sonidos, así como de colores que aúnan la esencia de cualquier Arte Marcial.

El tiempo que vivimos no es precisamente un momento de introspección, ni de lucha interior, ni de formación del carácter, ni tan siquiera de la relación Maestro/Discípulo; pero en contraposición sí tenemos los símbolos y las tradiciones de cada Arte Marcial que como legados de los grandes maestros, nos inducen a indagar y buscar esa esencia que con sangre renovada aflora en el inconsciente de cada discípulo que de forma natural busca dentro de sí.

Sin más, el Judo mismo significa "El Camino de la Suavidad". ¿Qué tiene que ver esto con la violencia, la lucha competitiva, el odio, la sed de venganza, la discordia y la estupidez?. Seguramente nada. Pero inicialmente esta era, sin lugar a dudas, la idea o el Ideal que Jigoro Kano quiso transmitir a sus discípulos, más allá de que en la actualidad se haya desvirtuado esa esencia y se vea abocada a una continua competencia para lograr una medalla, una victoria sobre alguien que no es precisamente sobre nosotros mismos, dando prioridad al cuerpo físico perecedero y a toda la completura humana.

Esta breve introducción ha sido necesaria para comprender el verdadero lenguaje de los símbolos y concretamente el significado del emblema del Judo. Ya sabemos que para ir al conocimiento de las cosas, tenemos que acercarnos a las raíces, al significado mismo del símbolo y comprender su expresión, sus motivos y del porqué se hizo así y no de otra manera.

Comúnmente se tiene la idea de que el emblema del Judo representa la Flor del Cerezo, llamada "Sakura", muy estrechamente ligada al guerrero samurai, ya que era ésta precisamente la que representaba la vocación guerrera. Por una parte está la flor blanca, relacionada con la pureza, frágil y efímera que cuando es llevada por el viento se interpreta como una muerte ideal separada de los bienes del mundo y por otra parte está el fruto, la cereza, de pulpa roja, que representa la personalidad del guerrero que ha de romper con el trabajo continuo hasta llegar al hueso que simboliza su alma, lo que hay de luminoso dentro de cada uno.

La otra interpretación del emblema original viene expresada con la idea de "Kagami", que quiere decir espejo. Es de forma octogonal, blanco y con un círculo rojo en el centro. Este espejo o "Kagami" es el atributo o símbolo de la diosa del Sol en el panteón Shinto: Amaterasu. Cuentan las tradiciones que los dioses fabricaron este espejo para inducir a la diosa del Sol a salir de una gruta en la que se había escondido, y que por este hecho había sumido al universo en la completa oscuridad. Entonces, los dioses acercaron el espejo a la gruta y al verse la diosa reflejada en él, salió de la gruta e iluminó nuevamente el mundo.

La forma octogonal del espejo, es el símbolo de una "multitud de cosas", "hachi" es ocho, lo inmensurable, muy estrechamente relacionado con la denominación antigua del Japón: "Las Gran-Ocho-Islas". Es el número ocho símbolo del equilibrio cósmico que corresponde a los ocho guardianes del espacio. Como figura geométrica es la que media entre el círculo y el cuadrado, es decir, entre el cielo y la tierra.

Su color blanco procede de la luz diurna, solar y pura y en su centro se encuentra el disco rojo que representa al Sol. Al igual que la bandera japonesa representa al "Sol Naciente", el mismo nombre de Japón: "Nihon" quiere decir lo mismo. El Sol es símbolo de la vida, del calor, del día y de la luz, de todo lo que irradia y de lo masculino, si bien en el shintoísmo el Sol es femenino a razón de su condición activa, fecunda y dadora de vida.

Este espejo o atributo de la diosa Amaterasu, representa el objeto en el cual el espíritu de la divinidad se ve reflejado, manifestándose en actos ceremoniales. Tanto en el taoismo como en el shintoismo, estos espejos mágicos son utilizados para alejar las malas influencias, relacionándolo con la revelación de la verdad y de la pureza. Es símbolo también de la Sabiduría y del Conocimiento y cuando está cubierto de polvo es el espíritu oscurecido por la ignorancia.

Llevando este simbolismo a lo cotidiano podemos ver y comprender la necesidad de retomar las esencias de las cosas y hacerlas nuestras, entendiendo su significado y ponernos en esa actitud tan antigua y nueva a la vez de vernos discípulos, en un continuo aprendizaje y en un esforzado mejoramiento, en ese pulir el espejo que no es otro que nosotros mismos. Es el mismo espejo que se utiliza en el Kata "Kagami-no-kata" en el Judo, que se realiza sólo, consigo mismo, puliendo defectos, limpiando prejuicios, acercándose cada vez más a ese Camino "Do" en el que tanto insistía el Maestro Kano, que no es otro que "El Camino de la Suavidad".

Simbolismo de la Espada


Por Alfonso Suriano - Instructor de Nei Kung

Introducción

Existe una gran diversidad de armas desarrolladas por las distintas culturas militares-marciales, ambos conceptos relacionados con la guerra, la una externa, la otra interna.

En el Instituto Bodhidharma, quizás por formar parte del programa tanto de Nei Kung como Tai Chi, la espada tiene un lugar de privilegio sobre las demás. Si bien un artista marcial debe desarrollarse en el uso de distintas herramientas para el combate, mientras un conocimiento superficial permite una aparente flexibilidad de adaptación, la especialización permite llevar a cabo una acción con el mayor grado de eficacia.

Incluso histórica y literariamente, podemos decir que la espada es una de las mas reconocidas y veneradas por su poseedor. Es conocida la personificación que se le daba a la espada por medio del nombre, mas aun, comúnmente de carácter femenino, respondiendo a la idea del consorcio entre guerrero y su arma. Es oportuno aclarar, que esto no es una característica exclusiva de la espada, ya que conocemos ejemplos de otras armas que reciben nombres, como el Gandiva de Arjuna entregado por el mismo Agni.

Podemos decir entonces, que espada no era solo una pieza de acero utilizada como defensa, sino un compañero, una extensión del guerrero que lo acompañaba día a día y más aún en cada combate, externo o interno.

En lo que respecta a la investigación y análisis de la gran cantidad de información que se cuenta sobre espadas, se opta por una exposición que aporte una estructura clara y concisa.

Así, se distinguen cuatro elementos fundamentales, que en orden de importancia son:

  • Elemento Mágico
    • relacionado con el aspecto de la guerra interior; el mundo místico que despierta el alma del guerrero.
  • Elemento Estratégico
    • es la capacidad de discernimiento no vinculada a las circunstancias sino el conocimiento de si mismo.
  • Elementos Tácticos
    • se fundamentan entre otros aspectos en la observación y experiencia.
  • Elementos Técnicos
    • Es la concretización de las artes marciales, como consecuencia de los elementos mágico, estratégico y tácticos combinados.

Aspectos Técnicos y Tácticos:

Cuando se habla de espadas, en una forma genérica se hace extensivo a cualquier arma blanca de cierta envergadura, sin importar el estilo de la hoja.

La espada , sin embargo, por definición consta de una hoja recta de doble filo, con guarnición y empuñadura. La hoja suele estar hecha de metal y suele estar afilada con el fin de golpear y punzar.

Algunos tipos de Espada son:

  • Gladius: espada corta utilizada por los legionarios romanos. Diseñada para perforar, la hoja recta y ancha, de doble filo, tenía unos 60 centímetros de largo.
  • Spatha: empleada por el ejército romano durante el periodo de decadencia e invasiones bárbaras. Se originó en el siglo I a partir del gladius usado por la infantería, otorgándosele mayor tamaño (70-100 centímetros de hoja) para que pudiera ser usado de forma eficaz por la caballería.
  • Mandoble: de gran peso, alrededor de 4 kg, y grandes dimensiones, que debe ser manejada con ambas manos para hacerlo con velocidad. Es un arma de los siglos XV y XVI empleada en combate a pie, pensada para atacar eficazmente las armaduras de placas y cotas de malla superpuestas, provocando en ocasiones fracturas o hematomas severos sin necesidad de perforar la armadura.
  • Florete: es una espada larga, flexible y liviana, de 90 centímetros de longitud y de sección rectangular. Desarrollada como arma de práctica y deportiva, es utilizada para conseguir tocados embistiendo con su punta roma.

El sable es una espada curva y de un solo filo, pensada para cortar, habitualmente usada en caballería y por oficiales en el siglo XIX e incluso XX.

Esta arma blanca es de tajo y surgió por la necesidad de velocidad en combate. Esta se logra al cortar y no dejar incrustada la hoja del arma en el cuerpo del adversario (al contrario de la mayoría de las espadas que son de estocada).

Algunos Tipos de Sable son:

  • Alfanje : sable corto de origen turco, de hoja ancha y curva, con filo en un sólo lado y habitualmente con contrafilo en la punta (dos filos en la punta).
  • Cimitarra: arma refinada, fina y ligera. Es decididamente cortante, con un solo filo y una empuñadura protectora. Su origen lo solemos hallar en Persia, si bien fue utilizada también en la India durante los siglos XIII y XIV.

Apartado especial merece la katana, usada en las katas o formas de I Ai Do (arte - vía - de desenvainar la espada), dentro del programa de Nei Kung.
La katana es un largo sable japonés ( daito ), aunque la palabra es usada genéricamente para englobar a todas los sables en Japón. " Katana " es el kunyomi (Lectura japonesa) del kanji ? ; el onyomi (Lectura china) es "to" (pronunciado [to:]). Se refiere a un tipo particular, un sable de único filo, curvada, tradicionalmente utilizada por los samurai. La vaina de la katana es denominada saya , el guardamanos Tsuba.



Tsuba Japonesa


La katana es utilizada primordialmente para cortar y es frecuentemente considerada una guillotina de mano. Se la desenvaina llevando el filo hacia arriba y se la puede blandir con una o dos manos (siendo esta última modalidad la más común).

Aunque el arte de utilizar la espada según su propósito original ha quedado en la actualidad casi obsoleto, el kenjutsu se ha convertido en gendai budo - un arte marcial moderno.

El arte de blandir la katana se lo denomina iaido, y kendo es el arte de esgrimir una espada de bambú conocida como shinai utilizando como protección una máscara y una armadura. Las viejas escuelas de espadas koryu aún existen (Kashima Shinto Ryu, Kashima Shin Ryu, Katori Shinto Ryu).

Este Tipo de sable tiene hoja curva, pues de ese modo se maximiza la fuerza del golpe al ir montando a caballo.


Métodos de producción

Las espadas japonesas y otras armas cortantes eran fabricadas mediante un elaborado método de calentamiento reiterado, plegando y martilleando el metal. Esta práctica se originó del uso de metales altamente impuros, estando aún al rojo se enfriaban, se recalentaban y luego se trenzaban. Al acabar, se cortaba la trenza en trozos, con cada uno de los cuales volvía a fundir una varilla que era pasada por carbón.

El proceso se repetía varias veces, en cada una de ellas iba aumentando el porcentaje de carbono hasta obtener acero. Tras la última de las trenzadas se martilleaba hasta aplanar. Al tener una estructura organizada en varas, la espada poseía gran elasticidad, por lo que no se quebraba fácilmente.

La curvatura distintiva de la katana se debe, en parte, al trato diferencial durante el calentamiento al que es sometido. Al contrario de la gran parte de las espadas producidas en otros lugares, los herreros japoneses no endurecen el sable completo, solamente el lado que posee filo. El proceso de endurecimiento hace que la punta del sable se contraiga menos que el acero sin tratar cuando se enfría, algo que ayuda al herrero para establecer la curvatura del sable. La combinación de un lado duro y un lado blando de la katana y de otros sables japoneses es la causa de su resistencia a pesar de retener un buen lado cortante.

Los herreros de China, como antecedentes de la herrería japonesa, durante los últimos dos mil años, forjaron hojas combinando dos atributos principales:

  1. Un borde duro y perdurable.
  2. Un alma (cuerpo) que absorba el cuerpo sin romperse.

En una espada, estos objetivos pueden ser mutuamente exclusivos. El acero rápido tiende a ser frágil; el acero resistente es más suave y no soportaría el filo. Los herreros en China resolvieron este problema combinando ambos tipos de acero de varias maneras.

Existen tres métodos básicos. Uno llamado baobang , o acero "envuelto". El acero duro, alto en carbón que forma el filo, visto en corte frontal, como una "V" que encierra un centro de acero suave. El metal del centro es a veces doblado sobre si mismo para mayor resistencia, o recapado con hierro labrado para un efecto similar. Una hoja baobang debe ser hecha con un recubrimiento suficientemente grueso para no perder la resistencia con afilados repetitivos.

Un forjado mas comúnmente utilizado es giangang , o acero "insertado". El filo, alto en carbón, forma un centro con capas alternadas de hierro y acero, lo que produce un patrón en la superficie cuando la hora es pulida. Un buen herrero puede manipular las capas para lograr patrones de gran belleza, además de brindarle una estructura fuerte a la espada.

El último tipo de forja es la conocida en occidente como "centro retorcido". Esta es en forma de barras paralelas con capas entrelazadas de acero blando y duro soldadas como una sola pieza a través del calor y el golpe de la maza. Cuando se alisa y pule, la superficie presenta filas con formas de plumas, estrelladas y/o arremolinadas.

Otra área en la que los herreros Chinos mostraron ingenio fue en el templado. Si bien es una técnica universal, China fue uno de los pocos lugares en los que de trataba de forma distinta el filo del resto de la hoja. Esto aumentaba la dureza y habilidad de corte.

La dedicación que daban al perfeccionamiento de su trabajo, hacia de quien forjaba los sables no un simple artesano, sino un artista inspirado y su taller un santuario. Cada golpe de martillo, cada temple, cada puesta sobre el yunque, constituía un acto místico de la mayor importancia.

La misma dedicación era común en todas las profesiones y con mayor énfasis en la casta guerrera, cuya naturaleza es innata de acuerdo al metal de que se componen, según la clasificación platónica.

Así, la formación en el arte de la espada está auxiliada de un tipo de arma llamada Boken , cuya forma es similar a la de la katana, pero en madera. Sirve para perfeccionar el movimiento de la katana sin ningún tipo de peligro durante el entrenamiento.

Desde muy joven el Samurai aprendía su manejo. Cumplidos los cinco años se le entregaba un sable verdadero que debía llevar como insignia de su rango; sin embargo en su vestimenta diaria el arma era reemplazada por un puñal de madera dorada. No muchos años después se le cambia por un verdadero sable de acero sin afilar con el que probarías sus filos sobre la madera y la piedra. Esto duraría hasta los quince años, para cuando alcanzaría la condición de hombre, edad en que se le confiere la independencia de acción y puede ya enorgullecerse de poseer armas lo suficientemente afiladas para cualquier menester.

El poseer un instrumento peligroso le inspiraría un sentimiento de respeto de si mismo de responsabilidad que se revela en su aspecto: Lealtad y Honor.

Aspectos Mágico y Estratégico

Relacionado a la espada se encuentra principalmente la dualidad luz y sombra, y también como veremos más adelante, como símbolo de la palabra, el verbo.

Sin embargo, al igual que en los aspectos Técnicos y Tácticos existe una distinción ya posea filo de un solo lado (sable) o de ambos lados (espada).

Mientras que la espada tiene la facultad de traspasar como la flecha, de abrir camino hacia ambos lados y cortar las tinieblas externas (ignorancia) y las internas (defectos) el sable solo corta en un sentido. Parece ser a veces el único medio de resolver un problema y alcanzar un objetivo, pero la voluntad de un resultado inmediato prevalece sobre la sabiduría, que busca un resultado durable.

La espada representa la fuerza espiritual del caballero, como reflejo de la autoridad al encarnar los ideales caballerescos. Tiene el carácter defensivo y ordenador del poder que puede destruir el mal y preservar la justicia.

Son las fuerzas de la luz y el orden enfrentadas a la de la oscuridad y el caos.

Arturo, Sigfrido, son arquetipos que tuvieron la capacidad de liberar o recomponer sus espadas. Aquel que la puede sacar de su prisión ó restaurarla si se encuentra rota ordena el caos y es capaz de retornar al orden Ideal.

En otro aspecto, la representación de la hoja como plano espiritual, al punto del cruce con la empuñadura como plano material es la encrucijada del hombre que se plasma en el mundo manifiesto para adquirir experiencias. Es el Prometeo encadenado que lucha por recuperar su carácter divino.

Para finalizar, podemos señalar que el temple, proceso indispensable en el forjado de la espada encuentra también su simbolismo en el hombre. Al igual que el cuerpo y alma de una espada, un guerrero debe endurecer su cuerpo para hacerlo mas resistente a los ataques de sus enemigos, pero debe dejar en su alma un material que le permita absorber los golpes sin quebrarlo y capitalizarlos como experiencia que lo lleven a perfeccionarse.

Sin embargo, todo esto no sería de gran utilidad, si no se llevara a cabo con un fin trascendental, en un contexto de maestro-discípulo, con lo cual llegamos a la interpretación por excelencia del simbolismo de la espada, que es el del verbo, el puente.

Deidades o figuras en varias ocasiones representadas con espadas (algunas flamígeras) no dejan lugar a otra interpretación más que la antedicha.

La palabra es a la vez una forma de plasmar la voluntad, como puente entre las ideas y las formas; es herramienta para combatir la ignorancia, ya no por la retórica, sino por la correcta transmisión de un ideal, un estilo de vida y las experiencias acumuladas.

Conclusión

Vivimos tiempos oscuros, de guerras encubiertas y armas disuasivas. Ya no vemos al enemigo empuñando una espada o blandiendo un sable, sino que probablemente no podamos distinguirlo, disfrazado de placeres, novedades o modas.

No es una actitud paranoica, sino que debemos discernir; ser capaces de combatirlo con la palabra, transmitiendo los Valores e Ideales caballerescos que verticalizan, que nos hacen crecer.

El Instituto Bodhidharma tiene la tarea de formar discípulos, de transmutar a mujeres y hombres en Damas y Caballeros y es trabajo no sólo de instructores, sino de cada miembro, a través de la palabra y del ejemplo de un cambio positivo y una actitud distinta ante la vida.

Bibliografía y Fuentes

  • Senda Iniciática en las Artes Marciales; M Etchenique Isasa; Ed. Nueva Acrópolis; 2002.
  • Bushido; Inazo Nitobe; Ediciones Obelisco; 1989.
  • Zen y Artes Marciales; Taisen Deshimaru; Ed. Humanitas, S.L.; 1993.
  • Diccionario de los Símbolos; J. Chevalier, A Gheerbrant; Ed. Herder; 1999.
  • http://www.Wikipedia.com
  • http://www.sha dowofleaves.com

Sé como el agua, amigo

¿Quién era Bruce Lee?

“Vacía tu mente, se amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza, se convierte en la taza, si pones agua en una botella se convierte en la botella, si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Se como el agua. Amigo mío, el agua que corre nunca se estanca, así es que hay que seguir fluyendo”.

Hace poco saltó a las pantallas de la televisión un anuncio de coches, producido por Álamo Films, que tuvo una gran repercusión y ha sido considerado por varias agencias de publicidad uno de los diez mejores anuncios de 2006. Este anuncio utilizó un fragmento de la llamada “entrevista secreta a Bruce Lee”, donde se muestra una mínima parte de sus enseñanzas. El anuncio (realizado por Allan Batievsky, director creativo, y Carlos Lanzón), resulta divertido para unos y curioso para otros, pero lo cierto es que el slogan aún corre de boca en boca, y se ha convertido en el detonante para que mucha gente joven conozca la figura y las ideas de este personaje que murió en 1973 en extrañas circunstancias.

Mucho se ha hablado de la vida de Bruce Lee, un verdadero mito de las artes marciales. Analicemos las principales ideas volcadas en aquella entrevista, pues siguen tan vivas y llenas de sentido como lo estuvieron en su tiempo.

El autoconocimiento

Bruce Lee afirmaba que, cuando enseñaba artes marciales, en realidad enseñaba autoconocimiento, y la gente no acudía a él para aprender a vapulear al prójimo, sino para saber expresarse a través de su cuerpo.

“Hay quien controla demasiado sus movimientos, pero con el exceso de control sólo se consigue estar demasiado preocupado por la ejecución.”

La idea era que cuando se descarga la mente de la responsabilidad de tener que controlar todo lo que hace el cuerpo, los movimientos fluyen libremente, con naturalidad, y esa experiencia permite al practicante conocerse a sí mismo.

Él se preguntaba: ¿cómo puedes expresarte sinceramente en cada momento? En realidad, para él, las artes marciales consisten en saber expresarse con sinceridad, algo muy difícil de conseguir. El artista marcial que logra esta sinceridad, no permanece en tensión, esta relajado, como ausente, pero atento a lo que pueda ocurrir, de esa manera:

“… yo no doy el golpe… el golpe se da solo”.

Bruce Lee criticaba los dogmatismos de las diferentes escuelas, pues este creerse en poder de la verdad, sobre las artes marciales, las enfrentaba. Quien seguía una u otra escuela se convertía en un producto de esa escuela, mientras que lo idóneo es no tener un estilo, expresión siempre de un esquema cristalizado y estático, de esa manera, rechazando ser producto de un estilo, se entraba en un proceso de crecimiento continuo.

La dualidad y su armonía

La idea de la dualidad en el ser humano también estaba presente en su filosofía de las artes marciales. Él afirmaba que, por un lado, está el instinto natural, que es irracional; y por otro, la necesidad de ser consciente y por lo tanto de controlar. En ese sentido, Bruce defendía que hay que combinar ambas tendencias en armonía, logrando un difícil equilibrio. Si te inclinas hacia el extremo de lo instintivo eres poco científico, la experiencia se escapa de las manos. Y si te inclinas al extremo de no confiar en ti mismo y querer controlarlo todo, entonces te conviertes en un autómata, en una máquina que ejecuta movimientos pesados y previsibles. Para él eso era perder, en gran medida, la condición de humano. Había que combinar bien ambas tendencias.

“… no se trata de ser puramente natural, o puramente innatural, el ideal es la innaturalidad natural, o la naturalidad innatural.”

Enfrentar los retos

Para Bruce Lee la vida era un proceso de autoanálisis lleno de retos y de crecimiento paso a paso, día tras día. Los desafíos tenían un significado, lo importante no es su dificultad sino nuestra reacción ante ellos, cómo nos dominan o son dominados por nosotros.

Si uno se siente seguro, a gusto consigo mismo, sin dudas, podrá enfrentar sin miedo los retos. Por eso hay que ser uno mismo, saber expresarse y tener fe en lo que somos, en nuestras posibilidades.

El mayor error que podía cometerse era buscar un personaje que tenga esas características e intentar imitarle.

“… la gente copia los comportamientos, y no empieza por la raíz de su propio ser, no se preguntan ¿cómo puedo ser yo mismo?”

La vida era para Bruce como un juego, una ilusión. No hay que dejarse cegar por ella, no hay que copiar moldes anteriores por muy buenos que sean, ni aprender de memoria enseñanzas dogmáticas que nos alejan de la frescura y espontaneidad propia del ser humano.

“Vacía tu mente, sé amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza, se convierte en la taza; si pones agua en una botella, se convierte en la botella; si la pones en una tetera, se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Sé como el agua. Amigo mío, el agua que corre nunca se estanca, así es que hay que seguir fluyendo”.

Por una vez podemos darle las gracias a la publicidad por rescatar del olvido esta inestimable entrevista. Aunque lo cierto es que cuesta recordar cuál era el modelo del coche anunciado, y es que, en esta ocasión, la enseñanza ha podido con la marca.

Blas Cubells Villalba

Bibliografía:
Tres entrevistas realizadas a Bruce Lee, “A Jhon little film”.

Las Raíces de la Violencia: Conocer para Evitar

Trabajaremos este tema basándonos fundamentalmente en dos áreas: la de las Artes Marciales, a la cual me dedico aproximadamente 35 años como investigación, entrenamiento y desarrollo; y la de la Filosofía a la manera clásica.

Tratar la cuestión de la violencia a partir del campo de las Artes Marciales, como ustedes tendrán oportunidad de percibir, es algo muy interesante, teniendo en cuenta que aunque muchas personas asocien ambos tópicos, los principios de las Artes Marciales no promueven de ninguna forma la violencia. Al contrario, en el dominio del estudio y de la práctica seria de estas artes, la violencia es vista como tópico importante para la reflexión: a través de los combates, se puede observar como y por qué surge la violencia y como puede ser controlada.

Según las Artes Marciales, es casi imposible encontrar a un ser humano que no traiga consigo la violencia.

El ser humano la trae consigo a partir de sus propios instintos y, de una forma o de otra, cada ser humano trabaja con ella dentro de una serie de experiencias normales y comunes. A pesar de todo, cuando las cosas se ponen críticas, el hombre normalmente no tiene muchas herramientas para direccionar o canalizar esa fuerza, que puede manifestarse de muchas formas.

La violencia expresa, para el ser humano es algo muy complejo y que tiene que ver con el temperamento individual: a veces, la brutalidad define una acción violenta por parte del hombre, a veces, la fiereza también. Esta acción si no fuera trabajada de forma seria, con buenas herramientas, puede dominar los aspectos superiores del ser humano. Todos nosotros tenemos nuestro temperamento, pero no siempre conseguimos estructurar nuestro carácter para trabajar con él. Y cuando no encuentra un carácter bien formado, ese temperamento se manifestará de muchas formas negativas. El temperamento del ser humano se compone de instintos, pasiones, hábitos, reflejos condicionados, o sea, de una serie de factores que escapan al control de la conciencia humana. Esto es natural en tanto no se tiene experiencia y madurez. No obstante, después de cierta edad, la falta de control sobre las acciones puede ser algo incluso patológico. En este caso, es necesario que formas culturales y formas educacionales elaboren una estructura que permita que el hombre manifieste sus potencialidades superiores. Los instintos son potencias inferiores que el ser humano carga a través de la evolución. Siendo así, podemos decir que su carácter es algo a ser desarrollado, lo que puede suceder a través de la cultura, educación, política, religión, ciencia, artes y también a través de la filosofía, campo que promueve el desarrollo de los potenciales superiores del ser humano. Y en tanto esto no sucede, el temperamento va desgraciadamente consiguiendo dominar al ser humano. Decimos desgraciadamente porque el temperamento es como un caballo salvaje, fuerte, lleno de vigor, salud ... pero totalmente salvaje, hace lo que le da la gana.

Si ese caballo no es dominado y domesticado por un caballero, continuará salvaje. Al contrario, si fuera conquistado, el caballo si volverá dócil a las órdenes de ese caballero y hará cosas muy superiores a las que hacía.

El caballo salvaje corre mucho, pero no corre más que un pura sangre. Esto sucede, no porque sea más fuerte o más bruto, sino porque hay un grado de inteligencia en él que lo hace manifestar ciertas características o ciertos patrones superiores a los del animal salvaje.

Esta comparación se puede encontrar en muchas tradiciones filosóficas, es muy interesante y más aún si pensamos que, en cada uno de nosotros existen esos dos aspectos: el "caballo" (una fuerza salvaje) y el "caballero" (algo que consigue direccionar la fuerza de nuestro temperamento, no inhibiéndola o aplastándola, sino conduciéndola o canalizándola con la inteligencia, la conciencia humana, los valores morales, éticos y las facultades superiores tales como la Voluntad, el Discernimiento, la Imaginación, la Atención, la Concentración, la Memoria ...)

En las Artes Marciales, por ejemplo, podemos notar que, aunque una persona que, al principio del entrenamiento no parezca ser violenta, en determinado momento de crisis o prueba muestra lo que trae en su interior.

Repitamos, entonces: la violencia es algo que forma parte del ser humano, en tanto él no es educado y desarrolla sus mejores potencialidades.

El problema de la época actual, en ese sentido es que nosotros tenemos problemas graves en relación a la cultura. Ésta, en general, es muy deficiente: tenemos prejuicios en relación a la cultura, y adquirimos cultura de una forma muy superficial. Hoy, para nosotros, cultura es sinónimo de información y de erudición. El término cultura proviene del término latino, "cultus", usado por los romanos para llamar a la acción del campesino de preparar la tierra, de crear una serie de condiciones para plantar semillas que puedan crecer, o sea, al acto de hacer el surco en la tierra y plantar buenas semillas.

De donde podríamos deducir que, en el campo intelectual, hablar de cultura sería algo más que hablar de información: sería hablar de vivencias, experiencias y acciones que el hombre debería realizar como "plantar" un buen carácter, única herramienta que permite que direccione su temperamento.

Otro problema de nuestros tiempos en relación a la violencia puede ser detectado en contingencias históricas, en factores específicos que actúan más intensamente en el factor de violencia que existe en todos los seres humanos. La violencia hoy en el mundo afecta a casi todas las sociedades, no existe prácticamente ninguna colectividad en el mundo actual que no tenga problemas, crisis o síndromes de violencia.

En el Tibet, por ejemplo, que hace 70 u 80 años atrás era considerado de los más pacíficos lugares del mundo, un lugar en que no existía prácticamente violencia, hoy también, después de todo un proceso de invasiones, acabó volviéndose un país bastante violento.

En fin, no hay casi nadie que se salve del problema en cuestión, un problema social, que afecta a estructuras políticas, religiosas, científicas y organizaciones colectivas humanas como el núcleo familiar.

Las estrategias guerreras de Sus Tzu y su aplicación en el Tai Chi Chuan

Sun Tzu o Sun Zi fue un estratega chino muy famoso que vivió alrededor de 557 a.C. Se hizo famoso por su libro "Las estrategias de lucha de Sun Zi" (Sun Zi Bing Fa), a menudo traducido como "El arte de la guerra", ha sido estudiado por los soldados chinos durante siglos, convirtiéndose en lectura obligada en la mayoría de las escuelas militares de todo el mundo. Aunque tiene por objeto el campo de batalla y los movimientos de tropas, es un libro perfectamente aplicable a los conflictos individuales

A continuación, extraemos algunas de las enseñanzas que nos legó este misterioso filósofo guerrero chino

Conociendo al adversario y a ti mismo, cien batallas sin derrota. Sin conocer al adversario y conociéndote a ti mismo, una victoria, una derrota. Sin conocer al adversario ni a ti mismo, todas las batallas estarán perdidas.

En un conflicto (combate marcial), si conocemos a nuestro contrincante y a nosotros mismos, seremos capaces de configurar una estrategia acorde con la situación, y ganaremos en cada ocasión. Cuando nos conocemos a nosotros mismos pero no conocemos al enemigo, entonces estaremos a merced de la suerte y sólo tendremos un cincuenta por ciento de oportunidades de ganar. Si no conocemos al enemigo ni a nosotros mismos, entonces la derrota será inevitable.

En una batalla, usa la regularidad para combinar (entablar combate), (pero usa) la sorpresa para ganar. Por eso, aquel que es bueno utilizando la sorpresa, (su estrategia) no tiene límites, como el cielo y la tierra, (su sabiduría) no está seca, (es) como un río o arroyo. El proceder de la batalla no es otra cosa que usar la regularidad y la sorpresa. El cambio entre regularidad y sorpresa (es) ilimitado. Sorpresa y regularidad crecen mutuamente, como un ciclo sin fin. ¿Quién puede ponerle límites (comprenderlo)?

La regularidad, en lo que a organización y procedimientos habituales se refiere, es el Yang. La sorpresa o el cambio es el Yin. La regularidad permite que nuestras unidades (en una clave, el despliegue de nuestros brazos y piernas en el combate) puedan combinarse y trabajar en equipo para fortalecerse. Regularidad también quiere decir que podemos elaborar rutinas y técnicas que nos permitan desarrollar y usar la máxima potencia.

Sin embargo, si siempre seguimos la mismas rutinas, nuestro adversario puede idear formas para combatirlas, por lo que debemos sorprenderle, introduciendo cambios en aquéllas, con el fin de que esté siempre en tensión y no pueda movilizar eficazmente sus fuerzas. En el entrenamiento y la lucha individual, debemos crear rutinas de secuencias, pero nunca estar atados a ellas. Debemos emplear la repetición para que el contrincante espere que ésta se produzca de nuevo, pero entonces debemos cambiar para sorprenderlo y así derrotarle. Si somos capaces de combinar regularidad y sorpresa (que puede ser sustancial e insustancial, lleno y vacío) con habilidad, podremos responder a las acciones de nuestro adversario con una variedad ilimitada de acciones.

Por eso, al usar soldados, la forma definitiva es no tener forma. Si no hay forma, es como un profundo torrente de montaña que no puede ser sondeado, y (ni siquiera) un sabio puede idear una estrategia (contra ti). Todo el mundo (cree que) entiende como consigo las victorias por la forma (que ve), pero nadie sabe la forma de cómo consigo las victorias realmente. Por eso (yo) no repito (mis) victorias, y (mi) respuesta a las formas (situaciones) es ilimitada.

Cuando luchamos, la estrategia definitiva es que parezca que no tenemos estrategia. Si el contrincante no sabe cuál es nuestra estrategia, o si parece que no la tenemos, no será capaz de idear una estrategia contra nosotros. Si el enemigo cree que nos conoce bien, será capaz de trazar una buena estrategia y parecerá que nos va venciendo. Sin embargo, como nuestra estrategia no tiene forma, habrá basado sus acciones en una ilusión, y acabará siendo derrotado. Cuando atacamos, él cree que sabe nuestro plan (nuestra forma), y puede contraatacar. Pero se trata sólo de un amago para hacer que se descubra y actúe. Una vez que sus planes han tomado forma, nosotros basamos nuestra estrategia en esa forma y actuamos en consecuencia. Como nuestra estrategia no está atada a ninguna forma en especial, puede experimentar infinitas variaciones y nunca repetirse

En conclusión, los soldados (las estrategias) son como el agua. La forma (naturaleza) del agua (es) huir de lo alto y fluir hacia lo bajo. La forma (correcta disposición) de los soldados (es) evitar lo sustancial y atacar lo insustancial. El agua llega a convertirse en un arroyo debido a la forma del suelo; los soldados obtienen la victoria respondiendo a (la forma de) el enemigo. Por eso los soldados no tienen un estatus (postura, disposición) fijo, y el agua no tiene una forma fija. (Ser) capaz de cambiar según la estrategia del enemigo y ganar la batalla es a lo que se llama Shen (Iluminación Espiritual).

El agua evita las alturas y fluye hacia lo bajo. Al dirigir soldados o al luchar, debemos evitar lo sustancial (puntos fuertes) y atacar lo insustancial (puntos débiles). Al igual que el agua puede convertirse en una poderosa corriente siguiendo la forma de la tierra, los soldados también pueden convertirse en una potente fuerza de ataque respondiendo a la forma del enemigo y correspondiéndose con ella. Basar nuestra estrategia en la del enemigo es el camino de la victoria, y está considerado como la Iluminación Espiritual. En Tai Chi Chuan esto se llama renunciar a uno mismo y seguir al adversario. Si no nos resistimos al contrincante y nos pegamos a él dondequiera que se mueva, nunca será capaz de encontrarnos y atacarnos eficazmente, y nosotros siempre sabremos donde está y cuál es su trama. Por eso podremos vencerlo con certeza.

Thomas Cleary, autor de una de las versiones más conocidas de esta sublime obra de la estrategia, nos dice: "Como estudio de las anatomía de las organizaciones en conflicto, El arte de la guerra puede aplicarse a las rivalidades y conflictos en general, en todos los niveles de las relaciones, desde el nivel interpersonal hasta el internacional. Su objetivo es la invencibilidad, la victoria sin batalla, y la fortaleza inexpugnable mediante la comprensión de los aspectos físicos, políticos y psicológicos del conflicto". Es una buena muestra de la paradoja taoísta: El arte de la guerra, posiblemente, se opone a la guerra.

La Formación del Carácter en las Artes Marciales

El fenómeno de la expansión de las Artes Marciales, es algo que hoy conocemos bien. En cualquier ciudad del mundo hoy es posible encontrar gimnasios, escuelas, academias, donde se enseñan estas disciplinas provenientes fundamentalmente de Oriente.

Si hacemos un repaso por la historia de estas escuelas, nos vamos a dar cuenta que ellas son algo más que un deporte o que un sistema de defensa personal.

Originalmente los maestros fundadores de las escuelas de Artes Marciales, propusieron a través de ellas una educación, una formación del carácter.

¿Qué significa formación del carácter?

Formación del carácter no significa cambiar el carácter de la gente, sino mejorarlo. Como muy bien decían los filósofos de la escuela estoica, el carácter es como una estatua; cada uno tiene la suya y no la puede cambiar por la del vecino. Lo que sí puede hacer es limpiarla, pulirla, perfeccionarla hasta convertirla en una bella estatua.

En nuestro concepto actual de educación se nos enseña matemáticas, ciencias naturales, literatura, informática, etc. Así, nosotros adquirimos unos conocimientos intelectuales que nos dan un "barniz" de cultura que la mayor parte de las veces no pasa de ser superficial.

No se nos enseña a cultivar el carácter, no se nos enseña concentración, ni atención, ni estrategia, ni como actuar frente al miedo o frente a los problemas cotidianos.

Esto hace que psicológicamente seamos más débiles de lo que muchas veces creemos. Frecuentemente vemos que una persona con carrera universitaria está igual de desconcertada ante un problema de la vida que otra que apenas sabe leer y escribir.

Maestros fundadores de escuelas de Artes Marciales como Gichin Funakoshi, Jigoro Kano, Moriei Ueshiba, So Doshin y otros, buscaron una formación integral del hombre a través de las Artes Marciales, generando un camino de autocontrol y conocimiento.

Voy a tratar de poner algunos ejemplos de cómo se puede formar el carácter en las prácticas de Artes Marciales.

Cuando un principiante llega a una escuela de Artes Marciales, no sabe hacer casi nada de lo que le piden, pero a través de una disciplina, poco a poco va desarrollando toda una serie de movimientos y técnicas. Esto le aporta al carácter humildad (que no es menospreciarse ni sobrevalorarse) y capacidad de trabajo y nos enseña que la autodisciplina es una gran herramienta, un gran "poder".

Otro ejemplo clásico son las cosas que suceden en un combate. Por ejemplo, si uno es indeciso, pierde. Si es precipitado e irreflexivo, acaba estrellando sus narices en el puño de su adversario. En el combate hay un momento justo para hacer las cosas y uno debe estar concentrado para aprovechar la oportunidad.

¿Cuántas veces perdemos en la vida por no desarrollar la autodisciplina?. ¿Cuántas veces la indecisión nos hace perder el tren de los acontecimientos? ¿Cuántas veces perdemos la oportunidad por no estar preparados cuando ésta se presenta? ...

Y así, un sinfín de cosas que hace que las artes marciales se conviertan en algo que puede darnos un gran aporte para la vida.

Originalmente el combate en las artes marciales se enseñaba para luchar en campos de batalla, pero cuando aparecen grandes periodos de paz, los maestros fundadores de escuelas generan un tipo de combate que tiene características educativas, cognoscitivas, haciendo hincapié en cosas como la cortesía, la rectitud, la impecabilidad, entrenando a los ciudadanos que iban a aprender a esas escuelas a enfrentarse a situaciones donde la persona se siente presionada y les enseñaban a desarrollar esa rara cualidad que llamamos Serenidad, que es una de las cosas más valiosas que estas artes nos pueden aportar.

Por eso estos grandes maestros, después de 30. 40 o 50 años de práctica, seguían perfeccionandose, ¿es que no sabrían defenderse ya después de todo ese tiempo?.

Quizás buscaban el cultivo de esa serenidad y por eso seguían practicando.

Por eso el maestro Gichin Funakoshi decía: "Lo importante en el Karate-Do no es la victoria ni la derrota desus participantes, sino la formación del carácter"

A todo este proceso, los maestros japoneses le llamaron Budo, o sea, las Artes Marciales como vía de conocimiento transcendente.

Hoy en día, éste tipo de enfoque se ha perdido. Las Artes Marciales se han polarizado en artes deportivas o de defensa personal sin ninguna característica transcendente. Esto ha provocado que ellas hayan ganado en popularidad, pero hayan perdido en profundidad.

Por eso hoy en día, muchos instructores internacionales ya se están volviendo a interesar por un proceso que implica un enfoque mucho más profundo de estas artes. Un proceso que implique que sin perder su marcialidad ni su capacidad deportiva o de salud (que son facetas inherentes a estas artes), permita un aprendizaje útil para los hombres y mujeres de nuestro tiempo; que nos enseñe a responder eficazmente cuando los problemas cotidianos, nuestros miedos y nuestra inseguridad aparece.

Entonces vuelve a cobrar importancia la formación del carácter. Entonces estas artes pueden volver a convertirse en un camino transcendente que nos lleve a ser un poco mas fuertes, un poco más buenos, un poco más sabios.

El Tai Chi y nuestro Cuerpo


Para la medicina tradicional china, la enfermedad se produce cuando existen bloqueos en su libre circulación por los meridianos.

Al igual que la Acupuntura, el Tai Chi, con sus movimientos suaves y armónicos contribuye a flexibilizar las articulaciones, disolver los bloqueos crónicos y restaurar el libre flujo energético.

Junto a la dieta, los masajes y la acupuntura, el Tai Chi Chuan integra el conjunto de técnicas ofrecidas hoy por la medicina china.
En la actualidad, Oriente busca mejorar los resultados y pronósticos obtenidos combinando esta medicina con la clásica Occidental. En tanto, en Occidente, los centros de salud holísticos, incorporaron no sólo el Tai Chi, sino todas las propuestas de la medicina tradicional china, como una forma de ofrecer a las personas todos los métodos existentes para su curación.

En resumen el Tai Chi Chuan se constituye en una gimnasia sana y terapéutica que conserva la salud y ayuda a la curación de distintas enfermedades. Para obtener estos beneficios, es de destacar lo que enseñan los maestros: en la práctica del Tai Chi debemos tener disciplina, perseverancia y paciencia.
Los efectos benéficos del Tai Chi sobre los diversos sistemas del cuerpo se pueden resumir de la siguiente manera:

En el sistema nervioso central

Es bien sabido que el sistema nervioso, en especial el cerebro, rige y controla todos los órganos y sistemas del cuerpo.

Por medio de reacciones condicionadas y espontáneas, el hombre se adapta a cualquier circunstancia, aun al cambio de ambiente.
Al iniciarse la práctica del Tai Chi es necesario agudizar la concentración y no utilizar la fuerza para lograr un buen entrenamiento de las células cerebrales y los movimientos.

El trabajo relajado y alerta del cerebro hace que el sistema nerviosos tenga una buena influencia sobre el resto del organismo. Por eso, con la práctica de Tai Chi se tendrá una sensación de plenitud y bienestar en todo el cuerpo que producirá un mejoramiento de la circulación de la sangre y una mayor facilidad en la inspiración del aire.

En el sistema cardiovascular

La práctica de Tai Chi demuestra que al introducir y al exhalar mayor cantidad de aire en cada ciclo respiratorio se incrementa el cambio de presiones dentro del tórax. De esta manera la circulación coronaria es más libre y eficaz; aumenta la capacidad de los capilares y se refuerza el proceso de oxigenación y de reducción del anhídrido carbónico en el cuerpo. Así se mejora la nutrición del músculo cardíaco y se previene la arteriosclerosis y las distintas enfermedades cardíacas.

En el sistema respiratorio

La respiración es nuestra fuente de vitalidad, a través de ella la naturaleza nos brinda la energía más rica.

El dominio de una buena técnica respiratoria, no tiene como única meta el control y dominio del ritmo y frecuencia respiratoria, sino muy especialmente conseguir una carga energética del organismo.

El Tai Chi Chuan exige una suave y profunda respiración, con la atención concentrada en que el aire llegue al hipogastrio. Las contracciones y relajaciones del diafragma y de los músculos abdominales, además de realizar un verdadero masaje de los órganos contenidos en el abdomen, también asegura una buena circulación favoreciendo los procesos digestivos y una correcta evacuación intestinal.

Volviendo a la parte respiratoria, cabe agregar que la utilización de los pulmones en forma completa es la mejor manera de mantenerlos sanos y fuertes sin permitir su prematura degeneración por un defecto. El aumento en la capacidad respiratoria, o sea de la cantidad de aire que se moviliza en cada ciclo respiratorio, mejora la función pulmonar de oxigenación de la sangre y en consecuencia la de todos los tejidos y órganos, lo que trae aparejado un aumento de la resistencia corporal, la disminución de la fatiga y mejoras en la fisiología orgánica.

Cuando se realizan los movimientos físicos se ejerce un drenaje importante de las vías respiratorias que mejora el estado de insuficiencia respiratoria crónica obstructiva o restrictiva como el asma bronquial, las bronquitis crónica, sinusitis, catarros y alergias nasales.

En el metabolismo

Muchas enfermedades de la vejez están relacionadas con la reducción del metabolismo. Por ejemplo la arteriosclerosis es causada por una dificultad en el proceso de oxidación celular y en el aumento de los lípidos y en colesterol.

La relación entre el Tai Chi Chuan y la salud

La energía que fluye por nuestro cuerpo y nos mantiene vivos parte de lo que los orientales denominan Tan Tien. En este lugar es donde se encuentra el centro vital que permite realizar cualquier movimiento sin el empleo de la fuerza, sin provocar tensión de ningún tipo, lo que contribuye a que con el tiempo los gestos cotidianos se realicen de forma natural, sin posibilidad de dolor por una mala postura o el giro brusco de alguna articulación.

En el Tai Chi se aprenden unos movimientos muy suaves, muy lentos que, combinados con la respiración adecuada, generan más energía consiguiendo un equilibrio total del cuerpo.

Es un arma ideal para recuperar la salud, un método de acupuntura natural y un arte marcial de defensa no competitivo. En definitiva, un sentimiento de totalidad.

Para aprender a utilizar la energía no es necesario utilizar la fuerza, sino repetir cada movimiento del Tai Chi hasta hacerlo propio. Se trata de educar al cuerpo en el aprovechamiento de su propia energía, algo que a los occidentales nos cuesta bastante.

El Tai Chi Chuan es una gimnasia terapéutica que conserva la salud

El Tai Chi Chuan es de gran importancia en la prevención y cura de enfermedades. Al eliminar el estrés, permite controlar todas las patologías que él provoca. Esto demuestra la importancia del Tai Chi que a diferencia de otras gimnasias o deportes clásicos sirve para:

Reunifica toda la energía que habitualmente está dispersa y se malgasta. El primer efecto será una sensación de bienestar en todo el cuerpo, los músculos trabajarán sin rigideces produciendo una verdadera descontracción muscular que hará desaparecer poco a poco las tensiones nerviosas, favoreciendo el buen funcionamiento de las glándulas internas.

Aumenta y procura una respiración profunda y abdominal, que produce un efecto benéfico sobre los órganos internos. La rotación continua de las caderas y la cintura, aporta gran elasticidad a los músculos abdominales que, al contraerse, efectúan un verdadero masaje sobre el hígado, bazo, intestinos, etc, lo que trae aparejado un mejoramiento de los procesos nutritivos y digestivos, previniendo la aparición de úlceras.

Tonifica el corazón y regulariza su ritmo, mejorando la circulación de la sangre, como así también la presión arterial alta, enfermedades cardíacas, tuberculosis pulmonar, reumatismo articular, anemia, obesidad y otras dolencias en especial crónicas. Está indicado para prevenir y hacer desaparecer tanto dolores lumbares como cualquier otra patología de columna vertebral, elemento primordial del cuerpo que se refuerza y flexibiliza con la práctica constante del Tai Chi.

Otorga un carácter estable y apacible, dando una serena energía para enfrentar los problemas cotidianos.

Moviliza las articulaciones y grupos musculares sin dañarlos.

Concentra al máximo la atención con el consiguiente beneficio del sistema central.

Mejora otros órganos y sistemas.

Permite establecer la unión cuerpo-mente.

Permite al control de las emociones.

El miedo en las artes marciales

Por Michel Echenique Isasa



El miedo es una interrupción súbita del proceso de racionalización. Lo primero que nos sucede cuando sentimos miedo es que perdemos la capacidad de racionalizar una situación cualquiera. Pero ¿es necesario este uso cuando no sabemos lo que está sucediendo? Generalmente, cuando sucede algo, generamos un prejuicio, pensamos una especie de fantasía mental, muchas veces sin saber exactamente lo que está sucediendo. Esta fantasía puede acarrear consecuencias muy graves. Si estamos en una situación de peligro y sucede algo que desconocemos, es mejor no pensar.

Es fácil observar cómo en una situación de peligro muchas personas hacen justamente lo que no deberían hacer. ¿Por qué? Porque piensan sin saber lo que está sucediendo. Si alguien va en coche, entra en una curva con exceso de velocidad y piensa, lo primero que hace es frenar. Entonces es justamente cuando causa su desgracia, pues es ahí donde reside el peligro: frenar bruscamente en una curva yendo a alta velocidad. El miedo tiene la capacidad de evitar que hagamos algo mentalmente. Crea una situación de bloqueo para cualquier proceso mental.

El miedo como sensación es una parada súbita de todos los procesos de motivación y de racionalización. Cuando sentimos el impacto del miedo es como si algo cayese, nos quedamos sin fuelle, sin motivación para hacer cosas. Ése es el segundo fenómeno que el miedo produce y también, si lo observamos, es una interrupción súbita. Cuando suceden cosas, la tendencia es crear o una depresión traumática o una euforia. Hay personas que ante situaciones comunes reaccionan con euforia, y hay otras que se abandonan totalmente; son procesos relacionados con la motivación del individuo y en cualquier situación de riesgo o de peligro, tanto la euforia como la depresión traumática son negativas.

Lo que causa problemas en situaciones de riesgo es la temeridad o el abandono. Es curioso observar cómo, cuando las personas están atrapadas por el miedo, terminan haciendo exactamente lo contrario de lo que deberían hacer.

Estas actitudes distan completamente del llamado “instinto de supervivencia”. En estas situaciones, las personas quieren huir y por eso acaban haciendo tonterías. Por el contrario las personas que asumen el miedo conscientemente terminan haciendo las cosas acertadas. La mayor causa de accidentes y de muertes es el comportamiento que tenemos ante el miedo y no el miedo en sí.

El miedo-percepción y el miedo-sensación son una inhibición-bloqueo de todas las funciones fisiológicas. Cuando surge el miedo, detiene los procesos de racionalización, de motivación y puramente fisiológicos. Nos quedamos sin condiciones para hacer nada por un instante; ni pensar, ni sentir, ni actuar.

El miedo paraliza, inhibe. Nos detenemos antes de caer al precipicio. En principio esa parada súbita es buena porque en el fondo hay un riesgo y hasta que no sepamos en qué consiste es mejor quedarnos quietos.

Desde este punto de vista, el miedo es una fuerza que tiene como objetivo evitar peligros de cualquier naturaleza y funciona como una señal que interrumpe cualquier acción imprudente. En términos concretos y objetivos, el miedo es eso y no tiene nada que ver con las reacciones sucedidas ante él, que, en nuestro caso, por razones culturales, no son naturales. Nuestra cultura no sólo no nos preparó para enfrentar el miedo, sino que además nos enseñó a tener miedo del miedo y por eso reaccionamos mal. En un proceso cultural diferente, nosotros encararíamos el miedo de una forma diferente y tendríamos reacciones naturales. Esas reacciones naturales trabajan a favor del instinto de supervivencia, tanto del cuerpo como de la mente. Hay reacciones instantáneas de reflejos condicionados, y consideramos que son naturales. Pero si es condicionado, no es plenamente natural. Lo natural ante el miedo es tener nuestras reacciones independientemente de nuestros prejuicios, observar la situación detenidamente para saber lo que está sucediendo y no querer huir de ella.

En las Artes Marciales, a medida que vamos entrenando a través de los años, acabamos reaccionando de una forma lógica o natural ante situaciones de ataque. Si alguien grita cuando va a atacarnos, el grito es una señal de ataque. ¿Por qué ante el grito tendría yo que llevar la cabeza hacia atrás? Quien ha entrenado Artes Marciales, en lugar de ir hacia atrás, primero mira de dónde viene el grito, qué tipo de grito es, qué se puede prever en relación a esa actitud y, una vez que sabe lo que está sucediendo, actúa. Eso es natural.

Los reflejos naturales propios del cuerpo no nos hacen huir ante las situaciones de riesgo, sino que nos llevan a la adaptación. Nosotros estamos mal acostumbrados. Fuimos educados en una cultura que no nos enseña a lidiar con el miedo, y sí en cambio a temerlo. El miedo puede utilizarse como elemento de manipulación para subyugar, esclavizar y dominar a las personas. El hecho es que acabamos teniendo miedo del miedo y, entonces, para no sentirlo pagamos cualquier precio. Ése es el punto más complejo en relación al miedo. El miedo no es malo; mala es la reacción que generamos ante él, porque no hemos sido educados de forma correcta para encararlo.

Conclusión

El miedo es una fuerza natural. No es mi miedo o su miedo, es el miedo. Existe de forma independiente a las personas; hay algo en nosotros, y también fuera de nosotros que se llama miedo, y que tiene una función en la Naturaleza como el Sol, la Luna, el agua, la tierra o cualquier elemento. El miedo forma parte de la Naturaleza y tiene como función proteger, por increíble que parezca.

Cómo Trabajar con el Miedo

Por Michel Echenique

Qué es el Miedo

El miedo es una interrupción súbita del proceso de racionalización. Lo primero que nos sucede cuando sentimos miedo es una interrupción súbita del proceso de racionalización, perdemos la capacidad de racionalizar una situación cualquiera. Pero ¿es necesario mantener la racionalización cuando no sabemos lo que está sucediendo? Generalmente, cuando sucede algo, generamos un prejuicio, pensamos, muchas veces sin saber exactamente lo que está sucediendo, y generamos una especie de fantasía mental. Normalmente, esa fantasía trae consecuencias, muy graves. Si estamos en una situación de peligro, sucede algo y no sabemos que es mejor no pensar.
Es muy claro observar en una situación de peligro como las personas hacen cosas que son justamente las que no deberían hacer. ¿Por que? Porque piensan sin saber lo que está sucediendo.

Si alguien va en el coche, entra en una curva con exceso de velocidad y piensa, lo primero que voy a hacer es frenar. Si frena va justamente a causar su desgracia, pues es ahí donde reside el peligro: frenar bruscamente en una curva yendo a alta velocidad.
El miedo, en principio, tiene la capacidad de evitar que hagamos algo mentalmente. Él crea una situación de bloqueo, para cualquier proceso mental.
Es muy claro observar en una situación de peligro como las personas hacen cosas que son justamente las que no deberían hacer. ¿Por que? Porque piensan sin saber lo que está sucediendo. Si alguien va en el coche, entra en una curva con exceso de velocidad y piensa, lo primero que voy a hacer es frenar. Si frena va justamente a causar su desgracia, pues es ahí donde reside el peligro: frenar bruscamente en una curva yendo a alta velocidad
El miedo, en principio, tiene la capacidad de evitar que hagamos algo mentalmente. Él crea una situación de bloqueo, para cualquier proceso mental.

El miedo como sensación es una parada súbita de todos los procesos de motivación, o sea, además de interrumpir los procesos de racionalización, el miedo crea una parada súbita de la motivación. Cuando sentimos el impacto del miedo, es como si algo cayese, nos quedamos sin fuelle, sin motivación para hacer cosas. Ese es el segundo fenómeno que el miedo produce y también, si observamos, es una interrupción súbita. También cuando suceden cosas, la tendencia es crear o una depresión traumática o una euforia. Hay personas que ante situaciones comunes reaccionan con euforia, hay otras que se entregan totalmente; son procesos relacionados con la motivación del individuo y en cualquier situación de riesgo o de peligro, tanto la euforia como la depresión traumática son negativas.

Lo que causa problemas en situaciones de riesgo o de peligro es la temeridad o la entrega. Es curioso observar como, cuando las personas están inconscientes del miedo, quieren huir de él y terminan haciendo exactamente lo contrario de lo que deberían hacer. Por ejemplo, algo que sucedió conmigo en Chile: en aquel país existen muchos terremotos, la mayoría de ellos muy fuertes. Me acuerdo de haber pasado por un grado 10 de la escala Richter y es increíble ver como hay personas que dan grandes saltos pensando que de esta forma se van a salvar o que se tiran por las escaleras.

Estas actitudes distan completamente del llamado "instinto de supervivencia", y eso no es por el miedo, sino porque las personas quieren huir de él. El deseo que tenemos cuando sucede un fenómeno de este tipo es que alguien nos pegue en la nuca y que no sintamos nada más. En estas situaciones, las personas quieren huir y, por eso, acaban haciendo tonterías. Por contra, las personas que asumen el miedo, pero lo asumen conscientemente, terminan haciendo las cosas acertadas. La mayor causa de accidentes y de muertes es el comportamiento que tenemos ante el miedo, y no el miedo en sí.

El tercer punto de esa relación es la definición de qué es el miedo: el miedo-percepción + miedo-sensación son una inibición-bloqueo de todas las funciones fisiológicas, o sea, cuando surge el miedo, para los procesos de racionalización, para los procesos de motivación, los procesos fisiológicos y nos quedamos sin condiciones para hacer nada por un instante, ni pensar, ni sentir, ni actuar.

Ahora yo pregunto: si estamos caminando de noche por un camino y, de repente, el camino termina abruptamente, existe un cortado de 50 metros y, sin saberlo, vamos llegando al precipicio y sentimos miedo, ¿qué hacemos? parar. El miedo paraliza, inhibe. Entonces lo primero que vamos a hacer es detenernos antes de caer al precipicio. Ese es el miedo, ni más ni menos. En principio eso es bueno, esa parada súbita es buena porque en el fondo lo que está sucediendo es una señal de que hay un riesgo y hasta que no sepamos que es eso, es mejor quedarnos quietos.

Desde ese punto de vista, el miedo es una fuerza que tiene como objetivo evitar peligros de cualquier naturaleza y funciona como una señal que interrumpe cualquier acción imprudente. En términos concretos y objetivos, el miedo es eso y no tiene nada que ver con las reacciones sucedidas ante él, que, en nuestro caso, por razones culturales, no son naturales. Nuestra cultura no solo no nos preparó para enfrentar el miedo, sino que además nos enseñó a tener miedo de él y, por eso, reaccionamos mal. En un proceso cultural diferente, nosotros encararíamos el miedo de una forma diferente y tendríamos reacciones naturales. Esas reacciones naturales trabajan a favor del instinto de supervivencia, tanto del cuerpo como de la mente, como también de la psique humana. Por ejemplo, si yo estoy apoyado en la pared y alguien grita en mi cara, por miedo yo voy a dar con la cabeza contra la pared. ¿Fue el miedo el que generó eso o mi reacción antinatural? Cuando alguien grita y yo hago eso, esa no fue una reacción natural; fue la reacción antinatural, ¿por qué? Hay reacciones instantáneas que llamamos de reflejos condicionados y consideramos que son naturales. Pero fíjense bien que la palabra dice: reflejo condicionado, o sea, se fue condicionado, no es natural. Lo natural ante el miedo es el propio cuerpo es tener nuestras reacciones independientemente de nuestros prejuicios, es observar la situación detenidamente para saber lo que está sucediendo, y no querer huir de ella.

En las Artes Marciales, a medida que vamos entrenando a través de los años, acabamos reaccionando de una forma lógica o natural, ante situaciones de ataque. Si alguien grita cuando va a atacarnos, el grito es como una señal de ataque. ¿Por qué ante el grito tendría yo que llevar la cabeza hacia atrás? Quien sabe, quien ha entrenado Artes Marciales, en lugar de ir hacia atrás, primero mira de donde está viniendo el grito, que tipo de grito es, o que se puede prever en relación a esa actitud y, una vez que sabe lo que está sucediendo, actúa. Hacer eso es natural.
Y, normalmente, en Artes Marciales, quien practica desde hace mucho tiempo, cuando llega personal nuevo, utiliza justamente esos elementos para enseñar a esos principiantes lo equivocados que están. Entonces, por ejemplo: el novato se prepara, el veterano ya experimentado hace un movimiento y el novato queda todo asustado. Finalmente conseguimos llevar a la persona a donde queremos, solo por reflejos condicionados, podemos conducirla hasta dejarla sentada en un rincón.

Eso no es natural, mas es una reacción prevista en nuestra cultura. Los reflejos naturales y propios del cuerpo son completamente diferentes, ellos no nos hacen huir ante las situaciones de riesgo, ellos nos llevan a la adaptación. Veamos la diferencia entre el reflejo condicionado y el reflejo descondicionado: el reflejo condicionado es: si A aplica una fuerza X, B tiene que aplicar una fuerza Y. Cuando rompemos ese reflejo, la situación cambia: A pasa a hacer más fuerza que antes, pues B está relajado. Eso es el reflejo natural del cuerpo. Nosotros estamos mal acostumbrados. Fuimos educados en una cultura que no nos enseña a lidiar con el miedo, y sí, en cambio a temerlo, pero eso tiene un objetivo. Por ejemplo, cuando el niño no quiere comer y la madre dice: "si no comes, el "Coco" te va a pegar". Cuando el niño entra en ese condicionamento, come incluso cualquier cosa, con tal de que el Coco no se le aparezca. Y, ¿qué es eso? Eso es manipulación. Entonces, el miedo es utilizado como elemento de manipulación para subyugar, esclavizar y dominar a las personas. Pero no es porque el miedo sea eso, y sí porque las personas exploran a las personas y vienen utilizado el miedo como mecanismo para eso. El hecho es que nosotros acabamos teniendo "miedo del miedo" y, entonces, para no sentir miedo, pagamos cualquier precio. Ese es el punto mas complejo en relación al miedo. De esta forma, el miedo no es malo, mala es la reacción que generamos ante él, porque no hemos sido educados de forma correcta para encararlo.

Conclusión

Tenemos, entonces, la primera conclusión de qué es el miedo. El miedo es una fuerza natural, no es mi miedo o su miedo, es el miedo. El miedo existe de forma independiente a las personas, o sea, hay algo en nosotros y también fuera de nosotros que se llama miedo, y que tiene una función en la naturaleza como podría tener el Sol, la Luna, el Agua, la Tierra o cualquier elemento. El miedo forma parte de la naturaleza y tiene como función proteger, por increíble que parezca.